sábado, 26 de septiembre de 2015

Oktoberfest en Madrid

Disfrutar de esta fiesta en Alemania es formidable, pero no cabe duda que el fiestón que se organiza en el Palacio de los Deportes en Madrid en estas fechas es imperdible, se combina a la perfección todo lo necesario para pasar una fiesta muy divertida y memorable: un espacio amplio, cómodo, práctico y bien decorado, buena cerveza, buena comida, una actuación musical que sabe levantar la fiesta y crear un ambiente único, te contamos cómo fue nuestro Oktoberfest de 2015.

Quedamos con todo el grupo en un bar de la Avenida Felipe II, allí fuimos repartiendo las entradas que también servirían para para pedir las cervezas, también añadimos una hojita con la letra del brindis en alemán que se canta a coro repetidas veces durante la fiesta, dimos la bienvenida a los nuevos amigosenruteros que acudieron a disfrutar de la fiesta y a conocer de primera mano el ambiente de Amigos en Ruta, y también hubo grandes abrazos con los amigosenruteros veteranos, tanto de viajes como de actividades, incluso pudieron conocerse también entre ellos dando pie a reencuentros y nuevas amistades. El ambiente y la actitud del grupo no presagiaba otra cosa diferente a que iba a ser una tarde divertida y alegre.



Las puertas abrieron a las 13:00h y allí estábamos todos nosotros en primera fila para acceder al recinto no sin antes hacernos la foto de rigor en el photocall.

El bretzel, los ahumados y las salchichas, además del codillo, no pueden faltar para acompañar la cerveza.


Al acceder por primera vez al recinto uno puede quedarse impresionado del enorme espacio repleto de mesas corridas dispuestas alrededor de un escenario central, no es fácil encontrar tu mesa a pesar de que van numeradas en base a un orden que no acabábamos de comprender, ¡claro!, ¡es una organización alemana!, al fin y al cabo es efectiva.

Personas estupendas y maravillosas disfrutando de un evento divertido y merecido.


Nuestras mesas no estaban corridas como pensábamos, pero resultó ser más unificadora la disposición paralela que nos hizo estar más cerca unos de los otros. Una vez acomodados fuimos yendo a por las bebidas y las bandejas de comida a las barras que progresivamente se iban agolpando de largas colas.

Alberto, nuestro hermano.

Una vez servidos fuimos haciendo los primeros brindis en medio de un ambiente entusiasmado y contento. El espectáculo comenzó y la banda inició su actuación levantando aún más los ánimos con canciones en castellano que todos conocíamos, alegres y divertidas. El vocalista se subió a una de nuestras mesas mientras todos cantábamos la canción de Fito a coro, ¡éramos el grupo más animado sin duda alguna!

Prometemos que solo nos tomamos una jarra. Vale, la rellenábamos de vez en cuando, pero solo era una jarra!

La comida y la cerveza no faltaban en ningún momento y pronto estábamos junto al escenario bailando y brindando con las jarras en alto. Todos los allí presentes disfrutábamos de lo lindo, brindábamos con desconocidos a quienes deseábamos con una sonrisa salud y buena vida respondiendo del mismo modo, entregados a una fiesta donde no había ni un mal gesto, ni una mala cara, era nuestro momento, el momento de todos los allí presentes que éramos totalmente conscientes de que allí habíamos ido a beber cerveza, ver a los amigos y hacer nuevos y, en definitiva, disfrutar de la vida misma.

En la foto no se aprecia la magnitud de la sala, pero el ambiente alemán está tan conseguido que no te esperas que luzca el sol cuando sales

Y entre cerveza, brindis, bailoteos, amigables conversaciones, persecuciones a la chica del barril-mochila y trenecitos hiperlargos de destino desconocido transcurrió la tarde que se nos antojó corta y de ahí que la quisiéramos alargar cuando la organización dio por finalizada la sesión y con gran facilidad y tranquilidad fueron desalojando el local.

¡Si es que nos sabemos todas las canciones!
Es raro salir de una fiesta tan divertida y movida, y bajo los efectos de alguna cervecita de más y ¡que siga siendo de día!, no lo dudamos, reagrupamos y buscamos un bar donde acomodar a todo el grupo y charlar tranquilamente alrededor de un cafe y comentar la jugada, han sido horas intensas, divertidas y emocionantes, y esto hay que saborearlo como se merece.

Montaje realizado por Linda, que se lo hemos cogido de Facebook sin preguntar ni nada... si es que dónde hay confianza,,, ya sabéis,,, ¡hasta le hemos plantado el logo! ¡que morroooo! gracias Linda!!!!

Nos hicimos fuertes en el interior de un 100 montaditos, que siempre nos trae buenos recuerdos, y pasamos un rato charlando, tomando cervecitas, haciéndonos fotos y disfrutando del resto de la tarde, algún que otro montadito también cayó.

Paco y Mari, mis padres, que no solo disfrutaron de la fiesta como los que más, sino que siempre nos apoyaron con ilusión en nuestro proyecto Amigos en Ruta, ¡gracias! ¡os quiero!
Poco a poco algunos se fueron marchando con una sonrisa la cara que reflejaba claramente que había sido una muy buena manera de pasar el sábado y que habría que repetir todos los años, ya sea en Madrid o en Munich con un poco de suerte. Finalmente el grupo se redujo a unos cuantos efectivos que decidimos irnos a cenar, concretamente a un restaurante Asturiano, pero lo que ocurrió allí ya es otra historia, pues en el mismo momento que terminó el evento del Oktoberfest, los servicios de Amigos en Ruta se dieron por terminados y la improvisación queda reservada únicamente a los que se atrevieron a venir.

Los peligros del palo selfie... pero queda divertida, jajaja

No dudes en venirte a cualquiera de las actividades que Amigos en Ruta participa o organiza, será una buena forma de ponernos cara y de saber si es tu ambiente idóneo para disfrutar, quien sabe, de unas excelentes vacaciones viajando con los magníficos miembros de éste, nuestro Club de Viajes Amigos en Ruta, ¡sed bienvenidos!

¡¡Nos vemos en ruta!!

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