miércoles, 17 de agosto de 2016

Siguientes días en Sri Lanka


Estos últimos días han sido dias de grandes contrastes paisajisticos y climáticos, además de culturales entre las tradiciones budistas e induhístas mezcladas en un exótico sincretismo en Kandy a la fuerte presencia colonialbritánica en Nuwara Eliya con su hipódromo, campo de golf y sus grandes mansiones de lujo. 

Estuvimos visitando en Kandy el Templo del Sagrado Diente de Buda, un magnífico recinto religioso con numerosos peregrinos venidos de todo el mundo se reúnen allí, especialmente estos días de Agosto en los que la reliquia se saca en procesión. Se trata de uno de los templos mejor dotados del país y su visita es totalmente imprescindible. 

El jardín botánico es una extensión importante a las afueras de la pequeña y bulliciosa ciudad de Kandy rodeado por un meandro del río Mahawelli Ganga. Es un espacio abierto y tranquilo, con una extensa botánica internacional. Nos sorprendieron especialmente los abetos australianos que crecen en forma de arco, inclinados hacia diferentes lados, la gran explanada central con sus escolares de excursión, los grandes sauces gigantescos y las flores de intensos colores, especialmente el criadero de orquídeas. 

Para terminar el día tuvimos una cena especial, a 10km de Kandy, o a una hora, debido al tráfico absolutamente colapsado de esta pequeñísima ciudad, cuyo centro apenas son una decena de manzanas. La noche era muy cerrada a través de esas estrechas y ya solitarias carreteras de montaña repletas de curvas que nos condujo a un caserío colonial en un claro del bosque. Junto a la preciosa casa que perteneció a un colono y hoy se ha convertido en una casa rural, en un jardín se disponía una elegante mesa de 12 cubiertos perfectamente colocada y en uno de los lados del jardín un cenador de obra cobijaba la cocina. Sus tres fuegos consistían en calderos de barro apoyados en piedras rectangulares sobre el suelo entre las cuales se colocaban palitos de madera prendidos que se retiraban o añadían para controlar la temperatura, en una mesa se disponían los ingredientes en diferentes boles, desde verduras, especias, currys, carnes y pescados. Allí reunidos todo el grupo el cocinero nos iba explicando cada paso del proceso para elaborar hasta cinco platos tradicionales de la región, lentejas, pollo, verduras, etc... Pudimos retirar aquellos ingredientes que no nos gustaban como deshidratados de pimiento picante y pescados secados al sol que tienen un sabor extremadamente fuerte, de manera que todos pudimos disfrutar de una cena fantástica bajo un cielo repleto de estrellas y con el auténtico sabor srilanqués. 

Durante la siguiente mañana nos adentramos en el bullicio de la ciudad, mercados, artesanía de maderas y textiles. Triunfaron los sharon que adquirimos. 

Por la tarde acudimos de nuevo al centro de la ciudad para ocupar los asientos que teníamos reservados para ver el desfile. Se encontraban en los soportales del hotel  Queen's y nuestras sillas estaban colocadas a un extremo de la grada. Hicimos bien en ocuparlas un par de horas antes del comienzo, porque las calles poco a poco comenzaron a llenarse de gente hasta el punto de convertirse en un río de gente por el que no podías moverte. Los encargados de la seguridad ordenaban a la gente que se mantuviera sentada en el suelo a lo largo de la avenida, por lo que no era posible caminar sin pisar a nadie. Ya acomodados en nuestras sillas y llegado el anochecer, comenzó el desfile que lo abrían un grupo de latigeros, hacían sonar los látigos en el aire de forma muy estrepitosa, imitando la antigua tradición con la que se abrían camino entre la muchedumbre los nobles, tras ellos una treintena de malabaristas de fuego precedían músicos, percusionistas y bailarines que danzaban alrededor de los elefantes que veneraban sobre la marcha, se trataba de lo más espectacular del evento, el caminar lento y pesado de los elefantes ataviados con batiks de lujo y dirigidos por quien se supone grandes nobles o eminencias religiosas. Se alternaba el paso de bailarines, músicos y elefantes, hasta que llegó el momento del paso de la Custodia, un visiblemente gigantesco elefante portaba sobre su lomo un gran relicario dorado, a ambos flancos le seguían dos elefantes engalanados y eran precedidos por bailarines que bailaban frente a los tres elefantes. Y a estos le seguían más y más danzas, eminencias y dioses a lomos de multitud de elefantes que podrían llegar al medio centenar. Decorados de finos baniks, antorchas, tambores y danzas, junto con el pesado y lento paso de los elefantes conformaba un conjunto impresionante. Solo por presenciar este espectáculo merece la pena llegar hasta este país. 

Terminó el desfile que se prolongó durante dos horas y algo y tras su paso una multitud de fieles desfilaba tras él, mantuvimos nuestra posición por unos minutos a esperar que se descongestionara un poco la zona y regresamos a pie al hotel. 

Al día siguiente nos esperaba el viaje al centro de la isla que haríamos en tren. El recorrido ferroviario que sale de Kandy hacia el sur atraviesa el sistema montañoso central de Sri Lanka, así que el tren es de por sí mismo un atractivo a ser un excelente medio para disfrutar del paisaje aéreo de bosques, montañas, cascadas, Ríos, pueblos y plantaciones de te durante todo el trayecto. Así ascendimos hasta Nuwara Eliya. En esta región de nieblas y lluvias los ingleses construyeron aquí sus mansiones señoriales en un entorno que resulta totalmente inglés: su hipódromo, campo de golf, oficina de Correos, iglesia anglicana, todo. Se dice que los ingleses contrataban personal del sur de india, ya que no podían fiarse de los ceilandeses que resultaban del todo rebeldes. 

Sería al día siguiente cuando saldríamos a hacer un trekking por la reserva de Horton Plains, a una hora de Nuwara Eliya se extiende una meseta protegida en la que un sendero circular señalizado recorre 10km entre bosque, campo abierto y páramo, pasando por vertiginosos precipicios y cascadas. Fue una experiencia bonita. Por la tarde visitamos una fábrica de te donde pudimos ver que se trata de producto cuya elaboración es compleja desde la siembra hasta el empaquetado. Los británicos fueron los primeros en establecer plantaciones de te en la isla para su producción masiva, tarea que hoy en día se sigue realizando y pone a la antigua Ceilán en el mapa. Cómo no, no pudimos resistirnos a la tentación de comprar el que se dice es el mejor té del mundo. 

La siguiente jornada tendríamos nuestro recorrido en descenso hacia el sur para disfrutar del Safari por Yala, poco a poco salimos de retorcidas carreteras de montaña para llegar a la planicie. El clima cambió súbitamente, de nuestra temperatura de 20 grados, a la de estábamos arriba hasta los casi 40 grados cerca de la costa. Nos dirigimos al hotel a comer y allí nos recogieron los todo terreno de Safari para ir a la reserva. Están adaptados de modo que vas sentado en la parte de atrás sobre una estructura elevada que te permite ver en todas direcciones. Fue una sensación espectacular y descubriendo poco a poco el hábitat natural de varias especies. Todos los animales se concentraban alrededor de los lagos y charcas que íbamos encontrando, elefantes, aves como pavos reales hasta águilas, búfalos, ciervos, jabalíes, cocodrilos, tortugas. Es una experiencia fabulosa el tener la oportunidad de captar con tu propia cámara fotográfica un instante de la vida de estos animales salvajes.

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